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Nadie nos dijo cuando éramos tan solo unos niños la importancia que tendría la comunicación en nuestro día a día. Nadie nos enseñó las técnicas y/o herramientas para comunicarnos con eficacia, para hacer llegar nuestros mensajes de una forma clara, concisa y por supuesto entendible. Nadie nos lo dijo y tuvimos que aprenderlo por nuestra cuenta.
Una de las habilidades más valoradas en la actualidad y que nos puede abrir muchas puertas a nivel profesional, es el hablar bien en público, el saber captar la atención de la audiencia, el hacer sentir algo a las personas que te escuchan y el poder ser recordado. Y es que, hablar en público no es solo una habilidad, es un gran poder y responsabilidad, pues tienes la posibilidad de abrir mentes, de generar emociones, de motivar y de impulsar a las personas a que realicen una acción determinada. Está al alcance de tu mano hacerlo, siempre y cuando superes ciertos paradigmas que te pueden bloquear, y te prepares a conciencia.
Si hace unos días te contaba cuáles son los 10 mandamientos del organizador de eventos, hoy te voy a contar tres aspectos fundamentales que debes tener en cuenta antes de cualquier presentación en público que vayas a realizar.
1. Cree en ti: la confianza es la base de todo. Necesitas confiar en ti y en los mensajes que vas a comunicar. Si tu no confías en que lo harás bien, probablemente no lo harás.
2. Relájate y visualízate: Para hablar bien en público hay que estar relajado, nada de ir con prisas pues transmitirás nerviosismo. Relaja tu cuerpo y tu mente y piensa siempre en positivo. Un buen ejercicio previo es conocer el escenario donde te vas a mover y la noche antes visualizarte dando el discurso de una manera exitosa.
3. Prepárate y práctica: ¿sabes por qué muchos oradores fracasan en el escenario? Porque no se han preparado bien. La práctica no sólo hace al maestro sino que te otorga seguridad y confianza. Cuanto más practiques más posibilidades tendrás de hablar con elocuencia. Ensaya delante del espejo, escribe tu discurso o presentación previamente y luego repítelo las veces que sean necesarias.