Pensar
Pensar es retirarse en casa, a la morada interior. Una casa maravillosa, única, donde se puede vivir no solo en la urgencia del presente, sino también en el pasado y el futuro, pasando con fluidez del uno al otro. Una casa donde no estamos solos, si sabemos convocar a los presentes, a los ausentes, y a todos aquellos cuya presencia deseamos con ansia.