womantalent

«No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy»

Pensemos, como ejemplo, en la siguiente situación: Tienes fijada una fecha para un exámen pero te sientes tranquilo ya que aún queda tiempo más que suficiente para empezar a estudiar.

El tiempo trascurre y te encuentras a menos de 3 semanas del examen; te planteas que va siendo hora de empezar a estudiar, momento en el que se te despierta la ansiedad: comienzas a preguntar a tus compañeros si ya empezaron a estudiar, si es muy extenso el temario, si resulta difícil, etc… pero la realidad es que sigues sin comenzar a estudiar con la confianza de que cuentas aún con el tiempo necesario para preparar la materia.

Sin darte apenas cuenta, estás a dos días del examen y ni estás preparado ni hay tiempo material para ello, así que decides dejarlo y presentarte en la próxima convocatoria: en esta situacion lo que esta ocurriendo es que estás procrastinando.

El término procrastinar deriva del latín pro– (adelante) y crastinus (relacionado con el mañana) y equivale a posponer, dilatar, aplazar, diferir una tarea u obligación que, sin embargo, no se debería postergar…Se refiere a aquellas tareas, compromisos o actividades que se deberían hacer y que además sería necesario realizarlas en un tiempo determinado y que no hay razones reales ni objetivas para posponerlas. Normalmente estas tareas son reemplazadas por otras actividades más irrelevantes pero mas placenteras. Podríamos decir que se trata de lo que popularmente se conoce como simple «pereza a realizar algo»

“Procrastinar” no solo se aplica al hecho de posponer, sino también a la sensación de ansiedad que nos genera tener una tarea pendiente de concluir. El acto que se procrastina puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, pero la realidad es que el hecho de procrastinar causa ansiedad, remordimiento, culpabilidad, desánimo, estrés, sensación de inutilidad, nerviosismo, conflictos en las relaciones y un largo etcétera de sentimientos negativos.

Es muy común en nuestra vida diaria escuchar las frases típicas que definen una actitud procrastinadora: “El lunes empiezo a...”, “Lo miro mañana”, “La semana que viene voy a …”, “después de comer lo hago” etc…Muy habitualmente postergamos un trabajo o una tarea justificándolo por falta de tiempo para realizarlas; sin embargo, si somos honestos con nosotros mismos, nos daremos cuenta de que realmente esa no es la verdadera razón, ya que hay infinidad de tareas para las que siempre encontramos ese tiempo y jamás dejamos sin realizar.

La procrastinación se aplica en tres grandes áreas:

Conocer los verdaderos motivos por los que no conseguimos comenzar una determinada tarea nos puede ayudar a buscar soluciones para entrar en acción, pero sobre todo, nos ayudará a la hora de no sentirnos culpables por ello.

¿Cuáles son las razones por las que postergamos determinadas tareas?

Así que ya lo saben: la próxima vez que se sientan incapaces de cumplir con su deber y, en cambio, muy capaces de hacer mil otras cosas antes, estará sufriendo el efecto de la procrastinación.