Hoy, todos conocemos las ventajas de contar con equipos cohesionados, sin embargo, también nos cuesta dar con la fórmula maestra que nos permita conseguir este propósito.
La cohesión es el resultado de las relaciones positivas entre los miembros de un equipo, y como tal, pareciera que fuera una cuestión de sentir feeling, quedando relegado al ámbito de la “química personal”. Si esto fuera así, poco tendríamos que hacer los gestores de equipos, excepto suspirar para que la magia de la cohesión salte en algún momento.
Es cierto que la cohesión habla sobre los sentimientos y las emociones, del orgullo de pertenencia, de afinidades y objetivos comunes, sobre pasiones compartidas, de identidad,… Pero ningún equipo obtendrá este atributo (ser un equipo cohesionado) si sus miembros no se encuentran en disposición para encontrar todas esas cosas que les unen y por las que “merece la pena pertenecer al equipo”, antes que todas aquellas que les diferencian.
¿Qué significa ser un equipo cohesionado?, ¿cuáles son las ventajas de fomentar el vínculo de la cohesión dentro de un equipo?
- Mantienen un fuerte nivel de compromiso en las tareas, retos y proyectos. Compromiso e implicación no son lo mismo. Hay un dicho popular muy gráfico por el que comprenderemos la diferencia fácilmente: “En un plato de huevos con bacon, la gallina está implicada, el cerdo comprometido”. Así es, el compromiso va más allá que la implicación. Cuando sentimos que formamos parte de algo y estamos alineados con lo que significa, estamos comprometidos con ese objetivo.
- Establecen un estilo de comunicación sincera y transparente. La cohesión es mucho más que tener un “buen ambiente de trabajo”, por más que éste favorezca nuestros propósitos. Necesita de los activadores de la Inteligencia Emocional, entre ellos y fundamental, de la Comunicación afectiva. Éste es el tipo de comunicación que conduce a generar vínculos de unión, porque las motivaciones, los anhelos, los miedos,… son compartidos y tratados desde un espacio de respeto y confianza. En este sentido, la Comunicación se convierte en una poderosa herramienta de generación de “valor”.
- Son más colaborativos y menos competitivos entre ellos. La rivalidad separa, no une. La colaboración es un excelente puente hacia la cohesión, ya que tenemos la oportunidad de conseguir metas conjuntas. Sin embargo, parece que es una extraña cualidad, no porque nos sea desconocida, sino porque la ponemos poco en práctica. La colaboración y el trabajo colaborativo nos brindan grandes fortalezas, integran los esfuerzos individuales y aprovechan las capacidades de cada integrante; dividen el trabajo de acuerdo con funciones específicas y especializadas, logrando así, resultados plurales y satisfactorios para todos.
- Establecen vínculos sólidos que les ayudan a crecer y a superar las dificultades. La cohesión es una forma de convivir, de compartir valores y recursos, y de respetar y comprender las diferencias que existen entre los miembros de un equipo. Cuando este vínculo es sincero, el equipo está en predisposición de pasar de pensar “Lo que no somos y no queremos ser” a “Qué podemos hacer con lo que somos”.
El equipo está verdaderamente preparado para conectar con sus talentos y capacidades, y listo! para encaminarse hacia el Alto Rendimiento cuando este vínculo se ve fortalecido por el esfuerzo conjunto.
EL EQUIPO EN CORROSIÓN
Un equipo se encuentra en corrosión cuando sus miembros muestran:
- Poco o escaso compromiso con el equipo, los objetivos, los proyectos
- Actitudes individualistas y en continua competencia interna
- Disputas, rivalidades y enfrentamientos con pequeño ánimo por resolverlos
- Excesiva crítica interna, destructiva y desmoralizadora
- Confusión, desubicación y desapego emocional
¿CÓMO FOMENTAR LA COHESIÓN EN MI EQUIPO DE TRABAJO? 3 CASOS PRÁCTICOS
Hemos rescatado de nuestros archivos, 3 casos prácticos que ilustran perfectamente lo que significa contar con un equipo cohesionado. Son equipos de empresas diferentes que, ante la dificultad y la adversidad, mostraron una fuerza casi, indestructible. Los equipos desarrollaron una respuesta única, sólida, firme… y esto, no fue fruto de la casualidad.
CASO PRÁCTICO Nº 1
Este caso es muy interesante de analizar porque nos encontramos ante algunos de los grandes beneficios de pertenecer a un equipo cohesionado: tener el respaldo de todo el equipo, hacer frente común ante la adversidad y desarrollar el ingenio para resolver los problemas.
La clave del éxito de este equipo fue ser conscientes de sus posibilidades y de lo que podían hacer. La cohesión interna desarrolló este patrón de respuesta, cuya eficacia, no deja lugar a dudas.
Si ante la adversidad, tu equipo muestra actitudes individualistas, existe un problema de cohesión. Las expectativas más íntimas de sus integrantes no están alineadas con las del equipo, no comparten la misma visión.
La visión compartida es el primer paso para acercar a las personas. Las personas se unen cuando comparten una idea, una ilusión, un sueño, un objetivo. Si cada uno está mirando con unas gafas de distinto color, será difícil que acaben proyectando la misma meta.
Sin embargo, esta debilidad del equipo no es insalvable. En este caso, los gestores de equipos tenemos que convertirnos en una especie de “constructores de espacios”, en los que se compartan las motivaciones, expectativas e inquietudes, tanto si son con respecto al equipo o sobre los proyectos que están en marcha. Si te sientes parte de lo que se está creando, la cohesión fluye, y el propio logro reforzará la respuesta positiva del equipo para superar otros momentos de dificultad.
CASO PRÁCTICO Nº 2
En este clarificante caso práctico, el liderazgo es una pieza fundamental para entender el desempeño y los resultados de un equipo. (“Dime qué líder eres y te diré qué equipo tienes”).
La clase de liderazgo que buscamos para trabajar la cohesión interna es aquel que aúna y aglutina las voluntades del equipo, provocando la “adhesión” de sus miembros. Este simple gesto de “estar adherido a algo”, también significa que “formas parte de ello”.
El desapego emocional del equipo se siente, pero también se ve en el líder y en cómo ejerce su liderazgo. El líder “aglutinador” es aquél que tiene en cuenta a todos y cada uno de los miembros del equipo, y es plenamente consciente de sus fortalezas y debilidades. Comprende los beneficios de contar con un equipo motivado, alineado con los objetivos. En definitiva, crea relaciones basadas en la confianza, el respeto y la tolerancia. Como resultado de estas acciones, la cohesión se fortalece.
CASO PRÁCTICO Nº 3
El caso de esta empresa del sector aeronáutico es muy revelador, sobre todo, porque Cohesión y Rendimiento van de la mano y se retroalimentan: la cohesión interna incrementa el rendimiento, lo que a su vez, potencia la cohesión interna del equipo.
Es peligroso esperar que un equipo alcance la cohesión apelando exclusivamente, al rendimiento. El proceso es más bien a la inversa: si trabajamos para generar cohesión interna será más fácil que «lleguen los resultados». Lo cierto es, y lo vemos todos los días en el mundo de la empresa, el deporte, la política,… que la eficacia se multiplica cuando se trabaja de forma cohesionada.
Aunque cada caso se desarrolló bajo sus propias circunstancias y en entornos y sectores económicos distintos, hay un elemento común a todos ellos: la cohesión interna. Estamos convencidos que la cohesión contribuye a lograr el éxito y aumenta las posibilidades de obtener mejores resultados.
Y en tu equipo, ¿crece la cohesión o la corrosión?
Autora: Ana Porras. Directora de Amazonia Team Factory.