En una defensa inaudita del enfermo regímen de Pyongyang, Benós asegura que la dictadura de Kim Jong Un es una verdadera democracia y se queda tan fresco. Se da la casualidad de que durante mi etapa profesional en China, unos funcionarios ataviados con el clásico traje gris tipo Mao vinieron a buscarme enviados por el Gobierno chino para pedirme que les ayudara a editar unos textos que ya tenían traducidos al español. Eran textos propagandísticos sobre ideología Juché, la teoría atribuida al «Amado Lider» Kim Il Sung en la que se basa el argumentario del régimen y con la que se adoctrina al pueblo en Corea del Norte. Los funcionarios me miraron compungidos y suplicantes: si no conseguían que se lo editase, directamente, se la cargaban…
Lo hice. Les ayudé. Total, los textos ya estaban traducidos, y no quería cargar sobre mi conciencia que fusilasen a aquellos hombres– fueran pobres cuitados o verdaderos cabrones, eso no lo podía saber-. Estábamos a mediados de los 90 y espero que esa edición al correcto castellano de las iluminaciones del viejo Kim no contribuyesen a reforzar el cacao mental o la falta de escrúpulos de Benós… como consecuencia de aquella edición caritativa que hice, me empapé bastante de la propaganda y el pensamiento norcoreano, y, cubriendo las conversaciones intercoreanas de la época y conociendo a personas muy relacionadas con la cuestión, entré en un contacto bastante cercano con la realidad de ese país, por entonces sumido precisamente en una crisis alimentaria que dejó casi un millón de muertos sin que el mundo pudiera hacer nada por evitarlo.
El análisis por tanto que hace Miss Roper, me parece acertado y lo traigo a colación a este espacio profesional por tratarse, sin duda de la historia de uno de los empleados -él dice que no cobra de Pyongyang ni extrae beneficio económico- más extraños del mundo.
Aquí os dejo el artículo:
http://mujerenred.com/el-delegado-de-corea-del-norte/