Sobre el 8 de marzo
Tengo en mi cuaderno de notas una serie de cuestiones que me interesa tratar este año, pero veo que no puedo abordarlas sin hablar antes de lo que se está organizando para este próximo 8 de marzo, Día de la Mujer. Fue espectacular como se celebró en España en 2018, aunque el manifiesto que convocaba a “invadir” las calles no fuera del todo inclusivo y sí tuviera un sesgo que parecía imponer un tipo único de ideas a pesar de la realidad pluralísima de las mujeres.
Feminismo, 2019
Cuando llevas décadas en un feminismo sin apellidos, defendiendo en mi caso la diversidad en la empresa, es decir, el derecho de las mujeres a triunfar/fracasar según sus méritos y sin cortapisas por su condición femenina, un año como el que termina puede parecer glorioso, aunque el conocimiento de la trastienda refrena mi entusiasmo.
Pensar
Pensar es retirarse en casa, a la morada interior. Una casa maravillosa, única, donde se puede vivir no solo en la urgencia del presente, sino también en el pasado y el futuro, pasando con fluidez del uno al otro. Una casa donde no estamos solos, si sabemos convocar a los presentes, a los ausentes, y a todos aquellos cuya presencia deseamos con ansia.
El final del verano
Desde mucho tiempo se sabe que, a pesar de los reportajes cotidianos sobre la afluencia multitudinaria en todos los puntos del litoral, todo el mundo no va a la playa. El verano no disminuye los sufrimientos de aquellos que azotan la miseria y/o la enfermedad, al contrario ocurre a menudo que los hace más insoportables aún.
Mal augurio para las mujeres si no cambian las tornas
En España faltan ya perfiles tecnológicos para cubrir puestos de trabajo. Posibles candidatos han preferido emigrar: por la crisis, primero, y por las condiciones laborales después. El hecho es que existe un alto déficit de tecnólogos, todavía mayor en el caso de las tecnólogas, lo que no augura nada bueno para nuestra economía..., ni para las mujeres, si no cambian las tornas.
La huelga de cristal
Me han preguntado mucho por la próxima huelga del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo. ¿Estoy de acuerdo? ¿No? Digamos que una huelga como la que se propone no me parece muy eficaz, ni su Manifiesto demasiado adecuado por su maximalismo y porque plantea cuestiones divergentes, que, en mi opinión, desconcentran del objetivo y no está en nuestra mano directa resolver.