Tu marca personal ¿es impersonal?
En una de las empresas para las que trabajé era habitual que los candidatos entregasen los CV en mano, ya que la empresa favorecía que existiese este tipo de comunicación entre la empresa y la gente que estaba en búsqueda activa de empleo.
No voy a negar que para RRHH suponía una “distracción” importante ya que se atendía a cualquier persona que viniese independientemente del perfil que tuviese y de la hora a la que viniese.
Reconozco que el sistema tenía ciertas ventajas: podíamos tener una breve primera impresión de los posibles candidatos que en un momento dado nos ayudase a la hora de decidir a quién llamar para una entrevista. Y además, nos permitía poder adelantarnos ya que si detectábamos un candidato que nos parecía interesante, lo citábamos a entrevista sin esperar a que surgiese una vacante.
A todas las personas que venían a dejar su CV les hacíamos la misma pregunta: ¿qué tipo de puesto te gustaría desempeñar o dónde te ves trabajando?
“Busco trabajo de lo que sea”
La mayor parte de la gente nos decía lo mismo. “Me da igual. De lo que sea”. Y los pocos que se atrevían a decirnos de lo que querían trabajar, apostillaban con “pero si no puede ser no pasa nada. Me adapto a lo que sea”.
Lo cierto es que ese tipo de respuestas no era la más adecuada porque si había algo que valorábamos era el hecho de que el candidato nos dijese dónde le gustaría trabajar o en qué tipo de puesto se veía. Lo que queríamos era ver si el candidato era capaz de apostar por sí mismo.
Los años de crisis económica han dado lugar a que auténticas legiones de personas en búsqueda activa de empleo se hayan convertido en buscadores de “lo que sea” con el objetivo de poder tener un contrato de trabajo y un salario a final de mes.
Con esto no quiero decir ni mucho menos que no sea un objetivo digno, que lo es, sino que más bien creo que se ha confundido una mal llamada “polivalencia” o “sirvo para cualquier cosa” con el hecho de que las personas que están en búsqueda activa de empleo definan de forma clara sus objetivos profesionales y que además sean capaces de expresarlo .
Marcas personales impersonales
Desde hace algún tiempo percibo como los candidatos tienen marcas personales grises e impersonales. Es tal la necesidad de poder trabajar que ha llegado un momento donde ni siquiera algunos de ellos mismos saben de qué quieren trabajar. Y algo que a priori puede parecer una ventaja, “trabajo de lo que sea”, se termina convirtiendo en una pesada losa que hace que los CV de los candidatos acaben con la etiqueta de “uno más”.
Trabajar de forma activa la marca personal no garantiza que se vaya a encontrar trabajo de forma rápida. De hecho no creo que exista una fórmula mágica para encontrar trabajo de forma rápida, pese a que han surgido en estos años muchas personas que predican con milagros para ello.
Ahora bien, si que estoy convencida de que aquellas personas que sean conscientes de su marca personal y lo trabajen de forma activa tendrán más posibilidades de poder encontrar un puesto de trabajo acorde con sus expectativas que los que no lo hayan hecho. Y por una simple razón: se diferencia y destacan respecto al resto de candidatos.
La diferencia entre tener una marca personal bien gestionada y una que no lo sea puede ser la posibilidad de que ésta hable por ti y no encomendarse única y exclusivamente al CV o al humor que ese día tenga el reclutador.
¿Cómo conseguir tener una marca personal que hable por ti?
Una de las primeras cuestiones a la hora de lanzarse a hacer una gestión activa de la marca personal es conocer de qué elementos se compone:
Diferenciación: Todos tenemos algo diferente que nos hace ser únicos y distintos al resto. Sólo necesitamos descubrirlo. Esta es la parte más difícil de todas ya que es habitual que pensemos que no tenemos un talento especial y que lo que podemos aportar lo puede hacer cualquier. A veces es casi más importante cómo lo hacemos que lo que hacemos. Este primer paso requiere de un nivel de autoconocimiento importante para detectar, no sólo aquello que nos apasiona, sino lo que se nos da bien y disfrutamos con ello.
Comunicación: una vez que ya has descubierto que es lo que te hace diferenciarte de los demás llega el momento de contárselo al mundo. En esta parte es donde me encuentro el mayor número de reparos ya que no estamos acostumbrados a “vendernos”. Y es que la marca personal no deja de ser la venta de uno mismo como lo hacen las empresas. Para ello las redes sociales son un altavoz muy eficaz que nos permite poder darle visibilidad a nuestra marca personal en forma de contenidos, aportaciones en blogs, colaboraciones…..
Coherencia entre lo que uno dice y lo que en realidad hace. La marca personal no es nada si no somos coherentes ya que el rastro que dejamos al hacerla visible nos delatará con facilidad. Las redes sociales están llenas de ejemplos de personas que han olvidado su coherencia o que piensan que la marca personal sólo es autobombo sin que haya nada más debajo que lo sustente. El contenido es tan importante como el envoltorio. De nada servirá un envoltorio brillante si lo que hay dentro no se corresponde con la imagen que hemos dado.
Quien tiene una estrategia tiene un tesoro: Antes de lanzare a hace una gestión de la marca personal conviene decidir qué estrategia queremos seguir. Qué parte queremos hacer visible, cómo lo vamos a hacer, qué contenido vamos a compartir, qué tipo de contactos queremos hacer, con quién….. De lo que se trata, en definitiva, es de que seamos nosotros los que llevemos el timón de nuestra marca personal.
Isabel Iglesias
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