No entiendo por qué se van…

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Esta frase la vamos a empezar a oír mucho a partir de ahora. Espero… Y temo… Sí, lo espero porque será señal de que las cosas en el mundo laboral se están moviendo, que los brotes verdes están para quedarse.
Y lo temo porque será la primera consecuencia de la muy mala gestión de los Recursos Humanos que se ha realizado al amparo/con la excusa de la crisis económica. Esa pésima gestión en la que:
* hemos pedido por pedir;
* hemos pagado menos de lo que debíamos;
* hemos comprado sólo en rebajas.
Así que ahora, empezaremos a ver cómo ese TALENTO INFRAUTILIZADO empezará a emigrar, buscando un lugar dónde se le exija que «sepa» mucho, pero en el que se le pague en proporción a lo que se le pide o a lo que aporte.
También habremos de decir adiós al TALENTO ABATIDO: ese al que hemos sometido a condiciones laborales inadecuadas (menor retribución, menos libertad creativa, tareas desbordantes,….); ese al que le hemos cortado la iniciativa y la alegría; al que hemos aburrido a fuerza de no apreciarlo.
Lo veremos partir hacia destinos en los que se le deje correr hacia adelante y en los que encuentre su sitio natural, en vez de un cercado de tareas, órdenes y proyectos.
Igualmente veremos alejarse al TALENTO DE REBAJAS, ese que nos ha medio sacado del apuro inmediato del balance, el que ha hecho que nuestros números brillen, pero que -en nuestra organización- no tiene más recorrido que el económico.
Pero este talento no huirá, sino que lo acabaremos echando, obligándolo a reciclarse; a aceptar que, o de verdad se convierte en talento o deberá esperar a la próxima crisis para poder recuperar un sitio.
¡¡¡¡MUCHA ATENCIÓN¡¡¡¡: lo malo no es ver partir al talento; LO MALO ES NO ENTENDER LA CAUSA DE SU MARCHA. Pensar que quien se va peca de ingratitud, que nos ha utilizado a su conveniencia, que nos deja en la estacada sin motivo ninguno,……… es persistir en el error.
Aprovechemos la lección que recibimos y aprendamos que nuestras decisiones de hoy tienen consecuencias para mañana. No digo que no haya casos de ingrat@s, que los habrá. Lo que digo es que busquemos en qué medida somos también responsables de que nos dejen plantad@s y entonces quizás entendamos porqué se van.

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