Mindfulness y la conquista de la conciencia
[header 6]»Como si de la conquista del espacio se tratara,
así es como empezamos a vislumbrar el reto de la consciencia»[/header]
Todos hemos sentido alguna vez en nuestras vidas que los acontecimientos externos sucedían y nos sacudían a un ritmo tan vertiginoso que no hemos sido capaces de digerir, reflexionar y aposentar esas experiencias. Esta estela vivencial puede ir creando en nuestra vida la sensación de habitar en un rincón muy pequeño, no ya de nuestro cuerpo, sino de nuestra mente.
Nuestro mundo, tal y como lo conocemos, está en crisis. Estamos atrapados en la incertidumbre salpicada de cuando en vez, por momentos efímeros de falsa seguridad. El estrés, la depresión y la ansiedad amenazan con convertirse en las pandemias de la especie humana para este siglo.
La actitud con la que nos enfrentamos al mundo y a nosotros tiene un efecto muy profundo en el devenir de los acontecimientos. Los resultados dependerán del uso que hagamos, en este mismo momento de nuestra capacidad para tomar consciencia, y aliviar nuestra ansiedad, insatisfacción y malestar. Lamentablemente, la excusa más frecuente es “no tengo tiempo para estar conmigo”, como si habláramos de un lujo que no nos podemos permitir. Una creencia que acaba por pasarnos factura.
Somos responsables de encontrar los procesos y las herramientas que nos faciliten tomar el control de nuestras vidas porque nadie puede experimentar en cabeza ajena. La palabra clave es CONCIENCIA. Muchos creemos ESTAR en el mundo, cuando en realidad, SOMOS parte del mundo.
Antes de adentrarnos en el universo de la Conciencia, os voy a pedir 3 minutos para escuchar lo que supuso para el actor Jim Carrey conocer a Eckhart Tolle, reconocido escritor y maestro espiritual. Entre otras cosas, ha tenido la oportunidad de experimentar que la conciencia lo cambia todo
¿Por qué es importante conquistar la conciencia?
Cuando le preguntamos a una persona si cree que se conoce, es muy frecuente escuchar una respuesta afirmativa, seguida de toda una serie de argumentos a favor del autoconocimiento. Creemos que nos conocemos casi como un hecho constatado y universal… ¿Cómo no me voy a conocer, si habito en mí 24 horas al día?
Nada más lejos de la realidad: somos un 10% de consciencia y subconsciencia, y un 90% de inconsciencia. Y es que nuestro cerebro es capaz de absorber y elaborar mucha más información de lo que pensamos o somos conscientes. Si la mente consciente es la que conoce, y la mente inconsciente, la que no conocemos, en términos matemáticos, no podríamos decir que “nos conocemos”.
[header 6]»Que haya yo donde antes hubo ello».
Sigmund Freud[/header]
Fundamentalmente, es la mente inconsciente la que controla nuestros pensamientos, emociones y actos. Llegados a este punto,¿qué puede hacer una mente para conocerse a sí misma, si casi el 95% de nuestra mente está sumida en la oscuridad o en la penumbra? Esta es la importancia de dirigir los focos de la luz hacia los patrones inconscientes y subconscientes que influyen en nuestra vida, que determinan nuestras decisiones, nuestra conducta e incluso, los resultados personales, sociales y económicos que obtenemos.
La percepción sobre nuestras vidas es el resultado de muchas fuerzas que conforman nuestra experiencia, provocando que nos sintamos bien o mal. Muchas de estas fuerzas están fuera de nuestro control. Nacemos en cierta manera determinados, puesto que no elegimos ciertos acontecimientos vitales como cuándo nacer, o quiénes serán nuestros padres; si tendremos los ojos verdes o marrones o si seremos altos o bajos. No es mucho lo que podemos hacer acerca de nuestra apariencia física o constitución.
Pero existen otras muchas características y destrezas sobre las que sí tenemos el poder de la influencia. Éstas se encuentran dentro de nuestra mente. ¿Cuál de las mentes? En nuestra mente inconsciente. El poder de influir en nuestra realidad reside en la mente que desconocemos. Como un iceberg, el inconsciente alcanza todo lo que está sumergido y condiciona nuestras vidas sin ser conscientes de ello.
La conquista de la conciencia es el reto. La Conciencia entendida como los griegos la definieron: “conocimiento compartido con uno mismo”. Tomar conciencia es aumentar nuestro grado de autoconocimiento y significa arrojar luz sobre facetas de nuestra personalidad que responden a patrones inconscientes de actuación.
La práctica de la atención plena o mindfulness
¿Cuántas veces te descubres despistado al día? ¿Desconectado de lo que estás haciendo y en una especie de ritual en trance, donde tu actividad está guiada por un piloto automático, mientras que tu mente divaga de un pensamiento a otro? Nos pasa conduciendo, yendo en transporte público, esperando el ascensor o nuestro turno en la carnicería del supermercado. Comer sin saborear la comida, no escuchar los sonidos del amanecer o no tener tiempo en el día para estar con nosotros son síntomas claros de desconexión.
Es probable que algunos de estos momentos te resulten demasiado banales como para prestarles atención,… imagina entonces, la dignidad que les otorgamos para ser recordados. Pero son precisamente esos momentos continuos de no estar presentes los que hacen imposible la práctica de la atención plena, de vivir “aquí y ahora”.
Todavía recuerdo la primera vez que tomé conciencia de nuestra tremenda capacidad para distraernos y permanecer alejados del momento presente:
“Viajaba por México y me apunté a una excursión para conocer las ruinas Mayas. Todo un patrimonio cultural por el cual siento admiración desde muy joven, pero una locura de organización para visitarlas en un día. Formaba parte de un grupo de viaje para conocer Chichen Itza, Tikal y Tulum. Al bajarnos del autobús, todos íbamos cargados con nuestras cámaras de fotos dispuestos a sacar no 1, sino 100 fotografías de cada ruina o piedra que pudiera captar el objetivo. En la primera parada, y dada mi gran afición por la fotografía, yo también me dejé llevar por el ansia de captar esas millones de instantáneas de aquellos espacios maravillosos y que transmitían una energía tan especial. Pero en el autobús, cuando intercambiábamos cámaras para los visionados de las fotos que habíamos hecho, me di cuenta que, por sacar esas fotografías, me había perdido la experiencia de vivir esas ruinas mágicas en el momento en el que correspondía, y en cambio, las estaba “saboreando” en el autobús. Cuando bajé de ese autobús, todos mis recursos de atención se habían centrado en hacer funcionar el disparador de la cámara, y sin embargo, mis retinas estaban vacías y mi corazón llorando. Ni siquiera me había sentado a respirar aquel aire caliente y revitalizante, ni me había dejado invadir por aquella luz, ni oler el mar que estaba tan cerca, y sobre todo, no me había permitido sentir la civilización que tanta admiración me producía. Todos y cada uno de nosotros nos estábamos conformando con revivir el momento a través de unas fotos y nos habíamos olvidado de vivirlo.
Darme cuenta en aquel momento, me permitió, en la siguiente parada, deleitarme con todas las sensaciones que me ofrecía el paraje. Mi cámara volvió medio vacía, pero me llevé la experiencia en mi corazón, en un lugar al que puedo volver cuando quiera, porque se ha quedado inmutable.”
[header 6]«Todo en lo que ponemos atención existe;
y cuando se la quitamos, desaparece»[/header]
Las técnicas de mindfulness o atención plena proceden de la tradición oriental, más concretamente de las enseñanzas del Buda.
Recientemente, Occidente se encuentra desencantado por las limitaciones que impone nuestra cultura al desarrollo personal; y al mismo tiempo, mira a Oriente tratando de comprender la sabiduría que encierran sus enseñanzas espirituales. La práctica de la atención nos enseña a escuchar a nuestro cuerpo a través de todas las ventanas sensoriales, y a atender al flujo de nuestro pensamiento y sentimientos, iniciando así el proceso de restablecimiento de la conexión con nuestro propio paisaje interno. John Kabat-Zinn
La atención se convierte en la energía que crea las cosas; la intención, en la fuerza transformadora. Estos son los dos aspectos de la conciencia.
¿Cuáles son los fundamentos para practicar Mindfulness?
Hanson dice “atraer cosas buenas a tu cerebro es la llave al bienestar y la efectividad, la curación psicológica, la creatividad y la práctica espiritual”.
[quote]
– Permanece atento a una dimensión de quietud
– Permítete el momento presente
– No te sabotees a ti mism@
– Mira de vez en cuando las cosas como si las vieras por primera vez
– Admite todos y cada uno de tus pensamientos y emociones sean cuales sean, sin juzgarlos
– Acepta la experiencia tal cual viene y tal cual es
– Deja ir, fluye. No trates de explicártelo todo con la limitación del diálogo con palabras.[/quote]
[header 6]«Somos creadores de nuestra propia realidad
y la suma de todos es el reflejo de nuestro mundo»[/header]
Nuestra relación con la experiencia y los múltiples paisajes internos y externos por los que discurre debe comenzar por nosotros mismos. Si quisiéramos, por ejemplo, vivir en un mundo más pacífico, deberíamos empezar preguntándonos si nosotros podemos estar un poco más serenos. Si queremos que el mundo sea más amable y compasivo, no deberíamos imponernos un ideal imposible, sino aprender a ser amables y compasivos con nosotros mismos. Sólo así, el mundo empezará a asumir un aspecto completamente diferente.
La meditación nos conecta con nosotros mismos, nos revela y nos permite relacionarnos mejor con nosotros, los demás y con el entorno. Esta experiencia va transformando la mente hacia una «mente clara», mejor capacitada para afrontar las emociones, las experiencias que nos suceden y cómo las interpretamos. Nuestra mente es mucho más poderosa y flexible de lo que pensamos, y podemos trabajarla para transformar nuestra vida.
«BE MINDFUL, BE NOW»
Ana Porras
Emprendedora casi, desde que tengo uso de razón…, y es que nunca he podido resistirme a la dulce embriaguez que te produce arrancar nuevos proyectos. Eso sí, practicante disciplinada de Meditación y de Pensamiento Positivo. Gracias a esta práctica, he podido conocerme y entender mejor el mundo que me rodea. Con un gran sentido del humor: para mí no hay nada como empezar el día contenta por lo que te queda por vivir, y satisfecha con lo que eres.
He tenido la gran suerte (o quizá no paré de encaminarme hacia ello) de poder dedicarme siempre a lo que me apasiona, y cuando el alma está en los proyectos y disfrutas con lo que haces, los resultados son espectaculares.
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