17 Abr 2015

Elena Sancho: puro talento español

La cantante Elena Sancho, interpretando a Wanda en «La duquesa de Gérolstein» el pasado marzo en el Teatro de La Zarzuela. FOTO: Javier Camporbin

Elena Sancho es uno de esos jóvenes españoles que, con pocas oportunidades en España, ha decidido que mejor será dedicarse a triunfar en el extranjero. ¿Su talento? Una voz extraordinaria…y una calidad como persona y como artista que le han llevado hasta la Ópera de Düsseldorf, «donde soy funcionaria y tengo un empleo fijo», afirma, sin aspecto de estar bromeando, durante la entrevista.

-«¿Funcionaria? ¿Una cantante de Ópera?«, preguntamos frotándonos los ojos…
-«Si«, confirma. «O casi. Hago 5 óperas fijas al año y me paga el Estado».

Con ese contrato fijo en Alemania, Sancho, de 32 años, prepara en estos momentos papeles principales para «Don Giovanni», «Un ballo in Maschera» y «Rigoletto«. «Tenía muchos prejuicios sobre Alemania pero he descubierto que es un país súpercivilizado y ojalá aprendiéramos todos más de ellos«, asegura en una cafetería del Madrid castizo, mientras charlamos. «Soy muy feliz en Alemania. Es seguro, ordenado, protegen las artes y las valoran. En comparación con España… ¡Uf!»

Vivir y trabajar en otro país es ya una opción más que común para la generación Millenial de la que Sancho forma parte. Fuera de casa, en su sector, sus condiciones laborales son buenas y sus empleadores le permiten viajar a otros países para hacer otros trabajos. » Me tienen en palmitas«, asegura con una sonrisa. En marzo ha estado en el Teatro de la Zarzuela, interpretando a Wanda en «La Gran Duquesa Gerolstein«, una opereta de Offenbach con libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévyde.

Elena Sancho

Womantalent: –¿Y cómo empezaste con esto de la ópera?
Elena Sancho: -Soy de San Sebastián, donde hay mucha tradición de corales. Empecé de niña en la Escolanía de San Ignacio. En realidad, yo siempre quise ser actriz, no dedicarme al canto, pero cantaba bien y surgió la oportunidad de irme de gira por Japón siendo muy jovencita. Mis padres me dejaron porque era una gran oportunidad, y me gustó el modo de vida que descubrí. Lo mío de todos modos tiene explicación, y es que tengo una personalidad muy artística…que se me juntó con una adolescencia horrorosa…sentía que emocionalmente yo era diferente al resto de la gente y que mi universo en ebullición no tenía salida…

Su padre, concejal del PP en San Sebastián, vivió una de las épocas más duras del terrorismo vasco y «había mucha tensión en casa«, recuerda. El arte le sirvió de bálsamo, de paliativo.»Mi profesor de canto de esa época fue fundamental. Él convenció a mis padres, que estaban totalmente en contra de que entrase en el mundo artístico», asegura.

WT: –¿Y por qué la ópera?
E.S: -Me encanta la ópera por lo poco popular que es; no esta hecha para todo el mundo. Es completísima y complejísima, intensa, auténtica, un grito desnudo, y no hay forma de enmascarar la voz. Te sientes muy vulnerable. Me gusta enfrentarme a eso.

Estudió en Madrid y Londres y en la capital británica fue donde empezaron a salirle las primeras óperas. Después vino Irún, una crisis de identidad… y un desengaño amoroso. El crecimiento personal es su base para progresar profesionalmente. Y hoy, no hay quien la pare.

Si yo fuera ministra…

E.S:- No quiero ser esclava de mi carrera. Me gusta el trabajo que hago, creo que soy muy buena, pero quiero hacer otras cosas. Además de en tu profesión tienes que desarrollarte como persona. En la vida profesional artística es imprescindible tener el plano emocional saneado, un suelo muy sólido. Hay muchas incertidumbres en esta carrera, tienes que enfrentarte a 1500 espectadores cada vez que trabajas…

-WT: ¿Sientes nerviosismo áun al salir al escenario?
-E.S: -Si, siempre. Pero he desarrollado muchas herramientas para enfrentarme a eso.

WT: –¿Se puede vivir de la ópera?
E.S: -Hay quien gana mucho dinero y quien malvive. En esta profesión hay que saber manejarse en muchos planos. Hace falta encontrar un manager con el que estés compenetrado y cambiar de agente si es necesario. Constantemente tenemos que salir de la zona de confort. Hay gente que se viene abajo. Personas que tienen mucho trabajo, en un momento de crisis pierden la confianza.

WT: ¿A qué te dedicarías si no pudieses vivir más de la Ópera?
E.S:– Me gustaría estudiar Ciencias Políticas. Me encantaría ser ministra de Educación, para establecer un sistema que ayude a formar mentes con criterio. Haría Pedagogía de la Política… también me gustaría escribir un libro. Quizás pueda escribir algo que ayude a otras personas…

WT:–¿Qué cualidades de ti misma como persona y como profesional crees que te han llevado al éxito en tu profesión?
E.S: -No soy una mujer con vista de águila que lo entienda todo. Pero soy buena haciendo equipos. Siempre intentó ser muy personal en lo profesional. La persona es fundamental y más en el mundo artístico, ya que trabajamos constantemente con las emociones. Creo que sentir lo que siente el otro es trascender la soledad. Y no hay nada que me guste más que esa sensación.

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